lunes, 24 de septiembre de 2007

Los empresarios reclaman una gestión provincial para las ferias comerciales

Fuente: huelvainformacion.es

 

Una feria comercial desde el punto de vista empresarial no se concibe si no tiene carácter profesional; es decir, que su fundamento sea la firma de importantes operaciones económicas entre productores y clientes y sin que se genere a su alrededor un movimiento turístico que potencie tanto el sector de la hostelería como el hotelero. Y para ello, resulta imprescindible que exista una estrategia de promoción y organización de ferias comerciales en el ámbito provincial, como existe en todas las provincias andaluzas a excepción de la onubense. De ahí, que desde el sector empresarial se reclame una promoción y gestión conjuntas para este tipo de encuentros, que se traduce en la tan demandada institución ferial, que a fecha de hoy no existe, que contribuya a la creación de nuevas muestras que impulsen la economía provincial. Sin ella, las ferias que se desarrollen el Huelva seguirán siendo como lo son la mayor parte de ellas, eminentemente localistas y sin proyección hacia el exterior y, por tanto, sin carácter profesional, ni comercial.

 

En la provincia existen oficialmente 17 ferias comerciales y de ellas, sólo a una se la mira desde el ámbito empresarial como una feria comercial: Expocitfresa. Porque para que una feria sea comercial la primera condición que se exige (y así aparece en el reglamento aprobado por la Junta de Andalucía para ferias comerciales) es que únicamente tengan acceso a ellas profesionales acreditados y solamente de manera excepcional, "cuando se justifique suficientemente desde el punto económico para la feria", se podrá autorizar la asistencia de público no profesional. Haciendo un repaso por la lista de ferias provinciales se comprueba que la excepcionalidad se ha convertido en Huelva en un rasgo común, salvo en contadas excepciones como Expocitfresa (y Agrocosta, que evoluciona en el mismo sentido), donde la entrada es exclusiva para acreditados o empresarios invitados.

 

A falta de un organismo que canalice la organización y gestión de toda una provincia y que trabaje exclusivamente por la promoción y la captación de clientes, los ayuntamientos de la provincia se han convertido en los promotores de las ferias (que no cumplen con el parámetro comercial ni tampoco con el turístico), que se financian con patrocinadores y subvenciones oficiales (fundamentalmente para la promoción). Subvenciones que en este sentido serían mayores en el caso de solicitarlas través de una institución ferial (siempre hasta un máximo de 90.000 euros y con un porcentaje a subvencionar sobre la inversión aprobada que oscila entre el 35 y 60, en función de que la feria tenga carácter monográfico, sectorial o general; mientras que ese porcentaje oscila entre un 25 y un 40 por ciento si quien solicita la ayuda, el beneficiario, es una entidad pública no territorial).

 

La autofinanciación es prácticamente incuestionable al hablar de profesionalidad en estos encuentros. Y eso no se consigue únicamente a través de subvenciones, sino como apuntan desde diferentes ámbitos empresariales, el pago por el alquiler del espacio expositivo es algo esencial, porque además de generar unos ingresos, consigue la calidad y proyección económica porque delimita la asistencia a aquellos promotores que consideran que la participación en la muestra va a generarle beneficios.

 

Hasta la fecha, el principal problema que ha presentado la creación de una Institución Ferial en Huelva es la construcción de un pabellón fijo, que pueda dar dimensión al encuentro comercial (en todas las provincias andaluzas, salvo en Huelva, existe). A mediados de los años 90 hubo un primer intento con la firma de los estatutos del Consorcio para la Promoción de Actividades Comerciales de Huelva, la base de lo que todos esperaban convertir en Institución ferial, pero pronto se quedó en el olvido, a pesar de haber contado con un presupuesto de cerca de 90.000 euros. El parón definitivo llegó hace tres años, cuando se celebró la última reunión de su comisión de trabajo, en la que los empresarios insistieron en la necesidad de contar con ese espacio único. Nadie apuntó a una ubicación determinada, aunque la necesidad de contar con infraestructuras hoteleras y de servicios para unas 4.000 personas (que son las que puede llegar a participar en este tipo de eventos) hacía pensar que la capital sería la mejor opción. Hoy por hoy, los empresarios entienden que la ubicación puede ser otra (como ocurre por ejemplo en Granada o Almería) dado el desarrollo que han tenido otro tipo de localidades, aunque consideran que de no apostar por ello la capital puede perder una oportunidad para el desarrollo del turismo de congresos.

 

Sea cual sea su ubicación, en lo que todos están de acuerdo es en que debe haber tres organismos que no pueden faltar en la constitución de la Institución Ferial: el ayuntamiento donde se ubique el recinto, la Diputación Provincial y la Cámara de Comercio. Institución esta última que apuesta por el proyecto, pero "siempre y cuando haya un acuerdo de ubicación y construcción del recinto", según manifiesta el director general adjunto de esta institución , Arsenio Martínez.

 

Además del intercambio comercial, las ferias profesionales se entienden como el escenario más apropiado para crear un movimiento turístico que rompa con la estacionalidad que el sector sufre en la provincia. Y es que 4.000 personas generarían durante los días en los que se desarrolla la feria, además de reservas hoteleras, un impulso al sector de la hostelería y restauración, con un nivel que sólo se equipara al turismo de golf.

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